Un estudio sobre el CBD publicado en la prestigiosa revista científica Journal of Clinical Psychopharmacology encontró que el CBD para la Ansiedad puede ser una opción a tener en cuenta. Se halló que las personas que tomaron CBD experimentaron una reducción significativa en los niveles de ansiedad acorto plazo y largo plazo.

Otra investigación, publicado en el Journal of the American Medical Association, reporto que el CBD puede ser tan eficaz o más que como los medicamentos recetados para tratar la ansiedad social.

Se tomó una muestra de 40 personas con ansiedad social. El estudio encontró que las personas que tomaron CBD redujeron sus síntomas de la ansiedad social, como el miedo a hablar en público y en situaciones sociales.

¿Pero… que es la ansiedad?

La ansiedad es una emoción normal y necesaria. Esta nos ayuda a estar alertas y a reaccionar ante los desafíos que se nos presentan. Sin embargo, a veces la ansiedad se descontrola y se convierte en nuestra enemiga.

Cuando la ansiedad es persistente, desproporcionada o irracional, y nos impide disfrutar de nuestra, estamos ante un problema de salud mental que requiere atención y tratamiento.

Desde una perspectiva psicológica, la ansiedad es una emoción que implica un sentimiento de miedo, temor o inquietud, que se activa ante situaciones que se perciben como amenazantes o estresantes.

Si la observamos desde la perspectiva fisiológica, la ansiedad es una respuesta del organismo que prepara al cuerpo para la acción.

Conductualmente, la ansiedad es una reacción que implica una guía de evitación o escape de las situaciones que provocan ansiedad.

La ansiedad puede tener una función adaptativa, cuando nos ayuda a prepararnos y a responder ante los desafíos.

Pero puede tener una función patológica, cuando se vuelve excesiva, persistente, desproporcionada o irracional. Lo que afecta negativamente a nuestro bienestar y funcionamiento diario.

Cuando la ansiedad se convierte en un problema, puede manifestarse de diferentes formas. Existen diversos trastornos de ansiedad, como un miedo o una preocupación excesiva e irracional ante situaciones o estímulos diversos.

Algunos de los más destacados son el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, las fobias, el trastorno de ansiedad social o el trastorno obsesivo-compulsivo.

La pandemia de COVID-19 ha exacerbado los síntomas de la ansiedad en muchas personas. El confinamiento, el miedo a la enfermedad y la incertidumbre sobre el futuro han provocado que muchas personas experimenten niveles de ansiedad más altos de lo normal.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ansiedad afecta a aproximadamente 264 millones de personas en el mundo. En España, se estima que el 4,8% de la población adulta sufre algún tipo de trastorno de ansiedad.

Síntomas de la ansiedad

Pueden ser de varios tipos: físicos, cognitivos, emocionales y conductuales. Entre los más comunes tenemos:

• Físicos

Palpitaciones, taquicardia, sudoración, temblores, dificultad para respirar, opresión en el pecho, náuseas, mareos, etc.

• Cognitivos

Preocupación excesiva, negatividad ante acontecimientos futuros, rumiar acontecimientos pasados negativos, preocuparse en exceso por la apariencia.

• Emocionales

Nerviosismo, angustia, irritabilidad, impaciencia, tristeza, desesperanza, culpa, etc.

• Conductuales

Evitación de situaciones que provocan ansiedad, conductas de escape o huida, rituales o compulsiones, aislamiento social, consumo de alcohol o drogas, etc.

Causas de la Ansiedad

La ansiedad puede tener diversas causas, que pueden ser de origen biológico, psicológico o social. Algunos de los factores que pueden contribuir a su aparición o mantenimiento son:

• Alteraciones en el funcionamiento de los neurotransmisores cerebrales,

Como la serotonina, la dopamina o el GABA, que regulan el estado de ánimo, la motivación y la inhibición.

• Factores genéticos o hereditarios.

Pueden predisponer a una mayor vulnerabilidad o sensibilidad a la ansiedad.

• Estilos de personalidad.

El perfeccionismo, el neuroticismo, la baja autoestima o la introversión, que pueden favorecer la interpretación negativa de la realidad y la dificultad para afrontar los problemas.

• Aprendizajes previos,

Experiencias traumáticas, abusos, maltratos, pérdidas, etc., que pueden generar creencias irracionales, miedos o fobias.

• Estrés ambiental,

La presión laboral, los conflictos familiares, las dificultades económicas, las crisis sociales, etc., que pueden sobrepasar la capacidad de adaptación y generar una sensación de amenaza constante.

El CBD para la Ansiedad, ¿ Alternativa real para combatirla?

El CBD es un combinado que se halla en la planta de cannabis, pero sin los efectos psicoactivos del THC. Según algunos estudios, el CBD puede tener beneficios para tratar la ansiedad, ya que tiene propiedades relajantes y se tolera bien en el organismo

Según los resultados el CBD puede actuar sobre el sistema endocannabinoide, que es el que regula funciones como el sueño, el apetito, la memoria y el estado de ánimo.

El CBD también puede estimular el receptor de serotonina 5-HT1A, que está implicado en la regulación de la ansiedad. Además, el CBD puede alterar el flujo sanguíneo en algunas regiones cerebrales relacionadas con la ansiedad, como la amígdala, el hipocampo, el hipotálamo y la corteza cingulada.

Algunos estudios clínicos han encontrado que el CBD puede reducir la ansiedad en personas con trastorno de ansiedad social, especialmente cuando tienen que enfrentarse a situaciones como hablar en público o interactuar con otras personas. También se ha observado que el CBD puede ayudar a mejorar el sueño, el estrés postraumático, los comportamientos compulsivos y otros síntomas asociados a la ansiedad.

Se puede consumir el CBD en forma de aceite, cápsulas, gomitas, vaporizadores o cremas, entre otros productos. Sin embargo, es importante consultar con un médico antes de usarlo, ya que puede tener interacciones con otros medicamentos o causar efectos secundarios.

El tratamiento de la ansiedad depende del tipo y gravedad de los síntomas. En general, el tratamiento suele combinar terapia psicológica y medicación.

La terapia psicológica ayuda a las personas a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos que contribuyen a la ansiedad. La medicación, por su parte, ayuda a reducir los síntomas físicos y emocionales de la ansiedad.

La ansiedad es una enfermedad mental grave que puede tener un impacto significativo en la vida de las personas que la padecen. Si crees que puedes estar sufriendo de ansiedad, es importante que busques ayuda profesional.

Si estás pensando en usar CBD para la ansiedad, es importante hablar con tu médico. El CBD puede interactuar con otros remedios que estés consumiendo, por lo que es importante que tu médico conozca todos los medicamentos que tomas antes de comenzar a usar CBD.

Aquí hay algunos consejos para usar CBD para la ansiedad

Empieza con una dosis baja y aumenta gradualmente la dosis hasta que encuentres la que te funcione.

Tómate el CBD al menos 30 minutos antes de una situación que te cause ansiedad para que tenga tiempo de hacer efecto.

Puedes tomar CBD en forma de cápsulas, aceite, vaporizador o comestibles.

Si tienes alguna pregunta o inquietud sobre el uso de CBD para la ansiedad, habla con tu médico

Fuentes

Ansiedad: Lo que usted debe saber. (s/f). NIH MedlinePlus Magazine. Recuperado el 1 de diciembre de 2023, de https://magazine.medlineplus.gov/es/art%C3%ADculo/ansiedad-lo-que-usted-debe-saber/

Castillo Pimienta, Carlos, Chacón de la Cruz, Tomás, & Díaz-Véliz, Gabriela. (2016). Ansiedad y fuentes de estrés académico en estudiantes de carreras de la salud. Investigación en educación médica, 5(20), 230-237. https://doi.org/10.1016/j.riem.2016.03.001

Evans DG. Medical Fraud, Mislabeling, Contamination: All Common in CBD Products. Mo Med. 2020 Sep-Oct;117(5):394-399. PMID: 33311737; PMCID: PMC7723146.

Rojas-Jara, Claudio, Polanco-Carrasco, Roberto, Cisterna, Alejandra, Hernández, Vanesa, Miranda, Fernanda, Moreno, Andrea, & Alarcón, Luis. (2019). Uso medicinal de cannabis: una revisión de la evidencia. Terapia psicológica, 37(2), 166-180. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-48082019000200166